a tensión que guía el vínculo entre el Gobierno y los sindicatos está en una escalada. El episodio que avivó el enfrentamiento fue la decisión del juez federal Rodolfo Canicoba Corral de detener al dirigente Mario Aníbal Morato, ex número dos de Omar “Caballo” Suárez en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que está intervenido desde el 18 de febrero de 2016 y seguirá en esa condición hasta por lo menos 180 días más.
Desde que Canicoba Corral, en sintonía con el Gobierno, dispuso la intervención del SOMU, Morato recurrió a la Justicia para desconocer el proceso en su rol de secretario adjunto. Incluso, pensaba postularse ahora para suceder a Suárez, que está en prisión desde septiembre del año pasado. Moraro no se presentó anteayer a declarar en la indagatoria y fue lo que derivó en su pedido de detención. Su defensa ya solicitó un pedido de eximición de prisión que debe ser resuelto en el corto plazo.
Morato había sido incluido en julio pasado en una nueva ronda de 32 declaraciones indagatorias. Se lo investiga por supuesta asociación ilícita. Cerca del ex ladero del “Caballo” Suárez se sorprendieron ante LA NACION por el avance del juez y hasta sospecharon de cierta intencionalidad, ya que habría otros miembros del consejo directivo que estarían más comprometidos a partir de diferentes pruebas.
No es la primera vez que Canicoba Corral actúa casi en tándem con el Gobierno. Sucedió algo similar cuando se designó al sucesor de la macrista Gladys González al frente de la intervención. El reemplazante de González es Alfredo Enrique Bertonasco, nombrado inicialmente por el Ministerio de Trabajo como delegado electoral. En una sugestiva coincidencia con la determinación del ministro Jorge Triaca, el juez dispuso dos semanas después que Bertonasco quede a cargo de la intervención del gremio, la mutual y la Fundación Azul. Bertonasco era hasta entonces funcionario de la dirección nacional de Asociaciones Sindicales, que dirigía Horacio Pitrau, el flamante número dos del organismo laboral.
Lo que sí continúa siendo llamativo en las resoluciones del juez, es que los cambios en la intervención no afectan ni tienen injerencia en la obra social del SOMU, una de las cajas más jugosas del gremio. Canicoba Corral ubicó allí a tropa propia, como lo son Pablo Garrido y Sergio Ramiro Tejada, su cuñado.
El martespasado la Cámara Federal porteña rechazó excarcelar al “Caballo” Suárez, quien había pedido ese beneficio argumentando cuestiones de salud. Su defensa insistirá con el reclamo. Hace tres semanas, desde el penal de Marcos Paz, Suárez hizo llegar a LA NACION un mensaje: teme morir en prisión por su “delicado” estado de salud y reclamó mejores condiciones de detención, con higiene mínima y acceso a las medicinas que debe ingerir a diario. Comparó su situación con la cárcel de Guantánamo y denunció que no lo dejan hablar, como si “fuera la Gestapo”. Y vinculó su detención con el punto de partida de un plan orquestado por el Gobierno para avanzar sobre los gremios y domesticar a la CGT.