El comercio internacional no es el corazón del foro del G20. Pero la Argentina no puede desaprovechar la oportunidad. Y ya dejó claro que no lo va a hacer. En un mundo cada vez más proteccionista, el país ya asumió la presidencia del foro del G20, y durante 366 días, utilizará esa plataforma para instalar un tema global con fuerte efecto en la Argentina.
Mauricio Macri usará la cumbre en Buenos Aires no solo para defender la integración comercial y rechazar el proteccionismo, sino también para lograr beneficios en relaciones diplomáticas y comerciales para el Mercosur, y avanzar en acuerdos con México y Chile.
El mundo está cada vez más cerrado y las exportaciones del país lo sufren. Más allá del déficit comercial de USD 6.000 millones en 2017, hay casos concretos que demuestran las dificultades. Las barreras más recientes fueron las sanciones a la exportación de biodiésel argentino a los Estados Unidos –con la mirada proteccionista de Donald Trump y el America First–, mientras que la entrada de alimentos argentinos choca con las barreras de Francia y el aceite con las de China. Esas grandes economías estarán sentadas en la mesa del G20, y Macri deberá ajustar ese interés nacional en la agenda de los grandes países. Es que ante todo, el sherpa del G20, Pedro Villagra Delgado, lo dejó bien claro: “La presidencia del G20 fija la agenda”.
Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, respondió de forma directa ante la consulta de Infobae en la conferencia de prensa tras el lanzamiento oficial del G20. “Desmantelar los esquemas de protección para los productos que exporta la Argentina tiene que ver más con la OMC, pero el G20 es el lugar ideal para seguir reafirmando los beneficios de una mayor integración comercial“, dijo el ministro, que recibía las miradas de aprobación del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del canciller Jorge Faurie.