Dos vuelos por semana, con entre 300 y 500 kilos de fina cocaína boliviana en cada uno. Esos son los números que están detrás de la organización liderada por el empresario Gustavo Sancho (57), detenido el martes pasado por la Unidad de Operaciones Antidrogas de Gendarmería, en el marco de una causa a cargo de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado.
El operativo incluyó más de 45 allanamientos y en total se detuvo a 12 ciudadanos argentinos (entre ellos dos hijos y la esposa de Sancho) y uno lituano nacionalizado boliviano.
De acuerdo a la investigación, adelantada en exclusiva por Clarínel miércoles, Sancho- un hombre mencionado como sospechoso en el crimen de Candela Sol Rodríguez (11), asesinada en 2011- había montado una aceitada estructura de tráfico y lavado de activos.
Esa organización, aseguran fuentes del caso, llegó a mover durante 2014 hasta una tonelada de cocaína por semana a Argentina.
Aunque la causa tardó tres años en tomar impulso porque la banda cambiaba sus celulares permanentemente, hoy las fuentes con acceso al expediente sostienen que hay pruebas más que suficientes para acreditar que la organización adquiría grandes cantidades de droga en Bolivia, la llevaba primero a Perú y luego a Paraguay, donde las cargaba en avionetas propias.