Vivir en la calle nunca es fácil, pero cuando baja la temperatura en invierno se convierte en una lucha por sobrevivir. En Buenos Aires, muchas personas prefieren dormir en la calle antes que ir a los refugios que ofrece el Gobierno de la Ciudad. Sin embargo, esa decisión puede llegar a costarles la vida.
“Muchas veces tuve miedo de morir de frío sin darme cuenta. Vi a gente grande que nunca se despertó”, contó a Telenoche un hombre que suele dormir sobre la calle Maipú. Su temor es el mismo que comparten muchos de lo que viven a la intemperie.
Nancy, una mujer que se asentó en la entrada de un cajero automático sobre Avenida de Mayo, relató que una vez sacó a un chico de un contenedor para evitar que muera congelado. “Estaba azul. Lo abrigué, le di un café caliente y se quedó dormido. El invierno es muy cruel”, relató.