Es muy probable que mayo vuelva a marcar un nuevo récord de inflación mensual en los últimos 32 años, desde aquel mes de marzo de 1991 en que alcanzó el 11%. La mayoría de las consultoras estima que rondará el 9%, un número que continuará alimentando el malhumor social y podría seguir minando la base electoral de la coalición oficialista. La razón es que el alza de precios es desde hace bastante tiempo la principal preocupación ciudadana, de acuerdo con diferentes estudios de opinión pública, al tiempo que, según datos del Indec, la inflación que sufren los hogares más pobres es mayor que la de aquellas familias con mayores ingresos.
Al problema de la inflación, se suma uno más reciente: el inicio de un proceso recesivo. Según un informe de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, el nivel general de actividad cayó el 3,8% en forma interanual en abril último y acumula una disminución del 0,4% en el primer cuatrimestre. Se trata de uno de los primeros indicios de la contracción de la actividad económica, que ya venían pronosticando no pocos analistas económicos. Por si esto fuera poco, la inversión real también cayó en abril un 4,2% en términos interanuales.