El Ártico, el más pequeño de los cinco océanos de la Tierra, es hogar de algunas de las condiciones más implacables en el planeta.
Pero muy por debajo de la superficie del hielo marino que crece y mengua con el paso de las estaciones, este océano inhóspito esconde un tesoro de recursos naturales.
Se estima que contiene miles de millones de barriles de petróleo y billones de metros cúbicos de gas natural, equivalentes a entre el 16 y 26% de las reservas terrestres no descubiertas.
Y hay una superpotencia luchando por vencer en la carrera por explotarlo: Rusia.
Décadas después de la caída de la Unión Soviética, Rusia se embarcó en una misión para perforar el fondo del lecho marino del Ártico, enviando una flota de robots submarinos y embarcaciones no tripuladas.