Tanto se lo ha nombrado, tantas veces se lo ha pedido, tantos goles suyos se han repetido a la distancia y ahora, finalmente, su momento llegó. Mauro Icardi, el de los tatuajes, el de las internas amorosas, el de los cruces polémicos con Maxi López, el que era tentado por la selección italiana y prefirió esperar la chance de Argentina. El capitán del Inter. El nueve que siempre estuvo en las sombras y ahora pega el salto de la mano de Jorge Sampaoli. Una historia con todos los condimentos. Y que recién empieza.
Mauro Emanuel Icardi, rosarino, de 24 años. Desde los 9 vive en Europa. Brilló en las juveniles del Club Unión Deportiva Vecindario, de Canarias. Hincha de Newell’s. Enseguida lo vio Barcelona y se lo llevó para La Masía en 2008. A los 17 años Mauro conoció el predio de Ezeiza.