El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que en caso de que la cumbre de Singapur “vaya bien” invitará al líder norcoreano Kim Jong-Un, pero dijo que por el momento mantendrá las sanciones sobre Pyongyang y advirtió que, de fracasar las negociaciones, aplicará nuevas represalias económicas.
Durante una rueda de prensa celebrada junto al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, Trump respondió afirmativamente al ser preguntado sobre la posibilidad de invitar a Kim Jong-un a Washington, aunque puntualizó que esto sólo ocurrirá en caso de que “todo vaya bien”.
Apenas un par de horas antes, el gobernante había declarado que la cumbre del próximo día 12 es “sólo” un primer paso en un “proceso” que puede requerir de varios encuentros.
“Va a ser mucho más que una foto. Es un proceso, como ya he dicho muchas veces. Creo que no va a ser un acuerdo de un sólo encuentro”, sostuvo Trump minutos antes de reunirse con Abe para hablar de los detalles del encuentro y escuchar las preocupaciones del gobernante japonés de cara a la cumbre.
El mandatario informó a los periodistas de que en los próximos días se podría, incluso, firmar el fin de la guerra que ambas Coreas técnicamente mantienen desde 1953.
“Parece extraño, pero esa seguramente sea la parte fácil. Lo difícil es lo que vendrá después”, se aventuró a decir un Trump especialmente conciliador.
A pesar del optimismo del que hizo hoy gala el mandatario, llegando incluso a decir que espera mantener una conversación “fructífera” con el líder norcoreano, no descartó “levantarse de la mesa” en caso de que las negociaciones no avancen en la dirección deseada.
“Yo estoy totalmente preparado para levantarme. Hay que estar preparado para levantarse. Pero no creo que sea necesario porque creo que Kim quiere hacer algo grande por su pueblo y también por su familia y por él mismo”, sostuvo.
No obstante, Trump insistió en que por el momento el Gobierno estadounidense no va a levantar las sanciones que pesan sobre Pyongyang e, incluso, llegó a amenazar con otras trescientas posibles represalias económicas que, según afirmó, están listas para ser puestas en vigor en caso de que sea necesario.
“La campaña de máxima presión permanece en vigor, aunque ya no empleamos la expresión porque vamos a una negociación amistosa. Puede que después de la negociación la vuelva a emplear. Si me oyen decir que vamos a aplicar una campaña de máxima presión, sabréis que la negociación no ha ido bien”, explicó el presidente.
En este sentido, Abe se mostró mucho más tajante que el presidente estadounidense al alabar ya no sólo las sanciones establecidas por Washington, sino también aquellas impuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.