El París Saint Germain (PSG) se puso en marcha tras el largo parate por la crisis del coronavirus con una goleada ante el Le Havre por 9 a 0 pilotada por sus principales referentes, el brasileño Neymar, el francés Kylian Mbappe y el argentino Mauro Icardi.
Con un encuentro amistoso en el Stade Oceane, el fútbol regresó a Francia, que decidió quedarse al margen del empeño del resto de ligas europeas y suspender la competición, por lo que sorprendió la presencia de público este domingo. Las autoridades permitieron el sábado la apertura de puertas, limitada y reducida, en los estadios. Cerca de cinco mil seguidores estuvieron repartidos por las gradas, donde era obligatorio el uso de mascarillas, los guantes y una distancia de seguridad.
Fue un entrenamiento avanzado para el cuadro de Thomas Tuchel, que eligió como primer rival para su reactivación competitiva a un equipo de la Ligue 2, que apenas hizo frente al campeón francés.
El PSG no jugaba un partido desde el pasado 11 de marzo, cuando todo se suspendió por la expansión del coronavirus y dentro de poco tiempo deberá afrontar objetivos importantes. El próximo 24 de julio jugará la final de la Copa de Francia, ante el Saint Etienne, y una semana después la de la Copa de la Liga, contra el Lyon. Pero la mirada está en Lisboa. En agosto, en la fase final de la Liga de Campeones, se topará, en cuartos de final, con el Atalanta italiano. Después, si progresa, tendría como rival al ganador del choque entre el Atlético Madrid y el Leipzig.
Pero hasta entonces el conjunto parisino necesita reactivarse y adquirir el ritmo competitivo que ya acumulan el resto de aspirantes. Es por eso que afrontó con intensidad el primero de los tres choques amistosos que jugará en julio antes de sumergirse en la puja por los éxitos. Irrumpió con ganas el cuadro de Tuchel ante un rival menor. Sobre todo en la primera mitad, con más de la mitad de su once con los habituales. Sobre todo desde el centro del campo hacia adelante, donde marca diferencias.