Cristina Fernández, siendo Presidenta de la República, supo que Amado Boudou había comprado la fábrica de billetes Ciccone Calcográfica Supo qué banco local estaba involucrado en esa trama, el Macro, de Jorge Brito. Y aun así protegió a su vice cuando el caso se difundió de manera masiva en febrero de 2012.
Más que eso. No solo defendió a Boudou, nunca en declaraciones públicas pero sí a través de órdenes y estrategias que le hizo cumplir en privado, sino que también utilizó acciones gubernamentales, primero, para hacerle ganar dinero a esa imprenta cuando ya estaba bajo sospecha judicial. Y luego para intentar garantizarle impunidad a su vice -y a ella misma también- cuando envió al Congreso un decreto pidiendo que se estatice esa planta gráfica. Fue en agosto del 2012.
La mayoría automática K en el Congreso votó la expropiación de Ciccone Calcográfica.
Detuvieron al ex vicepresidente Amado Boudou por una causa de enriquecimiento ilícito
Además del kirchnerismo legislativo, acompañaron a esa medida insólita diputados y senadores de la oposición. Jamás en la historia de la economía argentina el Gobierno había estatizado una compañía sin que sus accionistas mayoritarios reclamaran la indemnización que les corresponde por mandato de la Constitución Nacional.
Quien presidió la sesión en el Senado cuando se trató esta cuestión fue el propio Boudou, titular de ese cuerpo debido a que ocupaba el cargo de vicepresidente de la República.
El juez Ariel Lijo ordenó este viernes la detención inmediata de Boudou. Y de su socio y mejor amigo desde los siete años, el millonario súbito José María Núñez Carmona.