Se trata de un ciclo que recién nace y debe resolver nada menos que una clasificación a un Mundial, cargando con frustraciones que se transforman en fantasmas cuando no aparecen respuestas en el juego y el resultado cachetea. Los argumentos que permitan creer en esta nueva Selección se buscan, pero no se encuentran. Al cabo, como en general viene sucediendo desde hace una década, no hay equipo. Entonces, para enfrentar una emergencia futbolera como este duelo contra Perú, de nuevo Argentina depende de Lionel Messi. Ahí, en la Bombonera, el genio se hará cargo de otro momento decisivo en celeste y blanco. No es el primero, por supuesto. El 10 ya tiene su decálogo de partidos claves en la Selección Nacional, con diversos resultados y casi siempre con una misma sensación de vacío colectivo a su alrededor que lo obliga a convertirse en superhéroe y que en definitiva contra él conspira.
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