Es algo omnipresente para quienes viven aquí y un motivo de curiosidad para los turistas: el vapor que emana de las calles de Nueva York forma parte del ADN de la ciudad, tanto como los taxis amarillos o rascacielos de Manhattan.
Pero ¿cuál es el origen de esa icónica humareda constante retratada en películas como “Taxi Driver” de Martin Scorsese?
Lo que se percibe a simple vista en las calles de Nueva York es apenas la punta del iceberg de un fenómeno mucho mayor.
Se trata del mismo vapor que viaja más discretamente por túneles y cañerías de edificios emblemáticos de la ciudad, como el Empire State Building, la terminal Grand Central o la sede de las Naciones Unidas.
También se usa de distintas formas en hospitales, museos, tintorerías y hasta queserías.