Fue el año de Guillermo Vilas. En 1977 “Willy” quedó en la historia del tenis mundial al conquistar 16 torneos, entre ellos Roland Garros y el abierto de los Estados Unidos.
El Us Open lo ganó el 11 de septiembre, fecha de la cual este lunes se cumplen 40 años.
Nacido un 17 de agosto de 1952, el marplatense ya se encontraba en la elite del tenis en 1977 y tras ganar el abierto de Francia y gracias a su gran año, se había convertido en uno de los favoritos para el torneo norteamericano.
No le tocó un cuadro fácil al argentino pero igual pudo sortear las primeras rondas con mucha facilidad. En el debut se sacó de encima al español Manuel Santana (6-1 y 6-0) y luego derrotó al estadounidense Gene Mayer (6-3 y 6-0).
En la tercera rueda quedó en el camino otro norteamericano, Víctor Amaya, a quien le ganó por un doble 6-3.
Otro español, esta vez José Higueras, fue su derrotado en los octavos de final por un contundente 6-3 y 6-1 y así se metió entre los ocho mejores del certamen.
En los cuartos de final apabulló al sudafricano Raymond Moore por 6-1, 6-1 y 6-0 y quedó a dos pasos de la gloria.
En su encuentro previo a la final tuvo su choque más reñido, frente al estadounidense Harold Solomon, al que superó sin perder un parcial por 6-2, 7-6 (7-3) y 6-2.
En la final lo esperaba otro local, nada más y nada menos que uno de los mejores de esa época: Jimmy Connors.
El primer set fue para Jimbo por un cómodo 6-2. Pero la historia cambió a partir del segundo parcial. Vilas se ajustó a la estrategia que había trazado junto a su entrenador, el rumano Ion Tiriac, y comenzó a martirizar al norteamericano con pelotas bajas para evitar los tiros planos de su adversario.
La táctica funcionó a la perfección en el segundo set, que ganó por 6-3, y en el tercero, pese a que Connors también comenzó a variar su juego, el marplatense se impuso por 7-6.
Ese parcial marcó una bisagra en el cotejo porque Willy se agrandó definitivamente y se convirtió en una máquina imposible de parar para un estadounidense que había quedado enredado en la telaraña que había tejido Vilas.
Un contundente 6-0 marcó el final del partido, que significó una victoria histórica para el tenis argentino y catapultó a Vilas al olimpo deportivo.