Ninguna victoria en seis partidos disputados. Tres puntos sobre 15 posibles. Ocho goles en contra y cuatro a favor. En otras palabras, Chivas de Guadalajara atraviesa un momento delicado: desde que se consagró campeón de la Liga mexicana hace tres meses, el equipo de Matías Almeyda no volvió a ganar, ni siquiera en pretemporada y se ubican en la última posición del actual certamen doméstico.
Esta representa una situación inédita bajo el mando del argentino. De hecho, Chivas no ocupaba el último puesto de un torneo desde el Apertura 2013 y habían atravesado el momento más crítico de la gestión Almeyda en el Apertura 2015, cuando el equipo estaba abocado a mantener la categoría y marchaba en la anteúltima colocación.
“¿A cuántos les dolió que Chivas haya salido campeón?”, expresó el director técnico en rueda de prensa días atrás, apuntando a decisiones arbitrales que perjudicaron a sus dirigidos. Y agregó: “Yo quedo como el malo de la película pero no estoy llorando. Ya aclaré que el equipo está jugando mal y que no estamos en el nivel que mostramos el torneo pasado”. Si bien el inicio no fue el esperado, Almeyda cuenta con tiempo para revertir la situación ya que el fútbol mexicano presenta un sistema de competencia donde los ocho mejores clasifican a la Liguilla.